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LUCHEMOS POR LO NUESTRO.


Intento tener paciencia pero todo tiene un límite y el mío ya llegó, y creo que el de muchos aficionados también está a punto de sobrepasarse. Vimos como Cataluña luchaba por una guerra que al final perdimos, lo intentamos pero no lo conseguimos. Llegó San Sebastián y se fue sin darnos apenas cuenta, solo cuando Illumbe cerró sus puertas. Y pasó lo de Quito, aquella feria que no se celebró por decisiones arbitrarias de empresarios que pensaban en su economía, esos que veían el presente pero no pensaban que el día de mañana era el futuro. Esta semana empezó con un nuevo ataque, esta vez más grave que todos los anteriores. En Acho, una manifestación antitaurina, quiso acabar incendiando la plaza con los aficionados dentro y provocó heridos a las puertas de dicho coso. Los ataques siguen y siguen y no hacemos nada.



Esas personas que se dedican a insultarnos, faltarnos el respeto, imponernos el verbo prohibir y desearnos las peores cosas, ahora nos agreden y utilizan la violencia para conseguir sus propios intereses. Ellos que defienden tanto a los animales llegan al punto de querer quemar a los de su propia especie. ¡Toma ya! ¿Y somos nosotros los asesinos? Qué curioso.



Siempre lo digo y me repito, para hablar sobre un tema primero hay que conocerlo, no se puede comentar desde el desconocimiento y mucho menos faltar al respeto. Me gustaría poder explicarles lo que se siente el llevar con el orgullo el ser taurina por cada rincón del mundo, mostrarles cómo vive el animal (que ellos tanto defienden) en la dehesa, como se prepara un torero y vive su día a día, su esfuerzo y sacrifico por conseguir su sueño, los valores que te transmite esta Fiesta y que disfrutaran de una corrida al lado de un aficionado apasionado por esto. A partir de ahí que sacaran conclusiones y se construyeran un juicio propio, no uno impuesto por otros. Pero esto ya veo que es solo un sueño.



Comprendo a aquellas personas que no quieran ir, nadie les obliga pero, ¿por qué me prohíben ir a mí? Eso es lo que no entiendo. Nací para ser libre, con ideas y valores para decidir lo que quiero ver y lo que no. Nací en un mundo donde las dictaduras eran historia y donde la gente no imponía sus opiniones. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que no todo era así como yo creía. Sin embargo, yo sigo insistiendo y nunca dejaré de hacerlo. No podemos permitir que nos quiten o nos dañen una Fiesta histórica, cultural y artística que nos dejaron nuestras raíces en su máximo esplendor y que ahora, tratan de destruir y por si fuera poco de prohibir. O las autoridades toman cartas en el asunto e impiden manifestaciones a las puertas de las plazas de toros para provocar a todo aquel que entre en el coso (que yo no digo que nos las hagan pero las ciudades son muy grandes), o se preocupan más por defender la cultura de su país y dejar a un lado la politización de la Tauromaquia, que lo único que consiguen es darle más cornadas.



Dicen que la unión hace la fuerza, quizás sea ese el primer camino que hay que coger. Piensen, reflexiones y saquen conclusiones pero, por favor, UNÁMONOS, ALCEMOS LA VOZ Y LUCHEMOS POR LO NUESTRO porque al paso que vamos no sé cómo puede acabar esto.

 

 

ELIANA ABELLÁN SÁNCHEZ (@Eliana_Abellan)

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