Te escribo hoy por si mañana es tarde, por si todavía no te he dicho todo lo que de mi sale, por si algo se me olvida y en el tintero se queda, por si las palabras deciden callarse cuando te tenga delante. Te escribo hoy pensando en hace unos días, cuando te vi salir a dar tu primera rueda de prensa.Paco, si tú supieras…Cuando te escuché pronunciar ese “vuelvo” cerré los ojos, para que retumbara por mi cabeza unos segundos más, como ese eco que no quieres que se vaya, que lo quieres grabar para no olvidarlo jamás. Y supe que todo lo que había estado convencida este tiempo atrás se iba a hacer realidad. Sabía que jamás te habías ido, que esto solo era un compás de espera. Sabía que te iba a esperar como tantas y tantas veces para verte torear. Sabía que creer siempre había sido nuestro punto de partida. Sabía que en ti todo se podía.Al abrir los ojos, ahí estabas tú con tu firmeza y seguridad, con esa fuerza y convencimiento que desprendían tus palabras, con tus agradecimientos y vivencias, dándonos una inmensa lección de vida. ¡Qué grandeza!. Cuando miré a mi alrededor, Torero, vi a mis padres llorar, emocionados, sonrientes, llenos de paz. Si los vieras, ya andan confeccionando viajes que ni tienen fecha ni lugar pero sí un sinfín de ilusiones por estar a tu lado y verte torear.Paco, si tú supieras...Todos estos días, he recordado tantos momentos que son pocos para todos los que están por llegar. Esa faena inolvidable a “Malospelos”, el viaje exprés a Málaga, la rapidez de pintar unas letras para que todo el mundo gritara tu nombre, aquella tarde de septiembre en la que la Condomina se entregó a ti por completo, y por qué no, también la tarde de Albacete en la que hiciste el paseíllo con ese capote de paseo tan especial. Pero sin duda alguna el que más se me repite y el que más me emociona cuando lo recuerdo es cuando por mi cumpleaños cumpliste mi sueño. Mi primer tentadero en ese mágico lugar. ¡Qué bonito e inolvidable recuerdo!Ay, Paco, si tú superas…Durante todo este tiempo he ido guardando abrazos soñando momentos venideros, te he enviado mi fuerza para que no flaqueara la tuya, he visto la unión más si cabe de tu familia y cuadrilla y hasta has conseguido que la gran mayoría de los aficionados dejaran los dimes y diretes para escribirte solo mensajes de aliento y ánimo. Si supieras cuántas veces he pensando cómo sería tu regreso, quizás hasta muchas de mis lágrimas se han quedado sin salir para que ese día fluyan de emoción al verte de nuevo en los ruedos.Te escribo hoy porque todo es más especial, es tu cumpleaños y yo quisiera enviarte estas letras en forma de regalo. Quisiera transmitirte mis mejores deseos y que todo lo que pidas al soplar las velas lo veas muy pronto realizado. Tienes tanto por lo que brindar que, en esta casa, que es la tuya, también hoy brindamos. Brindamos de felicidad por saber de tu vuelta (esa noticia ha sido nuestro mejor regalo de Navidad), por ser nuestro ejemplo, nuestro torero, nuestro héroe, pero sobre todo, hoy, brindamos por ti y por la vida.¡Feliz Cumpleaños! ¡Feliz día! ¡Feliz vida!Siempre será, querido Paco, un regalazo vivir.Mi admiración, respeto, cariño, sentimiento y agradecimiento. De corazón. Profundo. Sincero. Infinito. Eterno. |
Una foto muy especial para mi en un día que lo es todo para ti.Eliana Abellán Sánchez (@Eliana_Abellan) |
Vuelvo al mismo punto de partida, la soledad. Sin excusas me acompaña una día más. Dicen que comenzamos a escribir desde que algo comienza a dolernos. No sé si será verdad pero, aquí estoy, de nuevo, intentando desahogar cada latido que siento en el pecho. Hay decisiones que duelen. A veces me preguntó el por qué tanto. Lo entiendes, sabes que puede pasar, pero en el fondo no quieres. La vida sigue su curso, es como el río que fluye entre aguas que buscan nuevos caminos por abrir, nuevas metas y destinos. Las ilusiones renacen, los sueños impacientes vuelan como el aire. Escuchas un “me voy, es el momento de cambiar de aires” y parece que automáticamente todos los recuerdos se amontonan en la mente. Así, sin más, uno detrás de otro, sin descanso, sin olvido, hasta se oye el eco de lo acontecido. Y, es inevitable llorar aunque, al mismo tiempo, la felicidad de lo vivido te haga sonreír sin parar. Cuántos momentos juntos, de risas, de tristezas, de ovaciones ded
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