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SENTIRSE COSTALERO.

Imagen extraída de Internet

Enmudeció la garganta saetera al cerrarse el balcón donde nacía la voz y hasta las aves volaban tristes, sin saber que dulce melodía cantar. La Semana Santa acabó, como acaban los sueños al despertar aunque durante estos días despertar era sinónimo de sueño. Cómo voy a extrañar ese ruido de las zapatillas de los costaleros, los suspiros que dentro de sus pasos se escuchaban hondos, las “levantás” que tocaban el cielo, el olor a incienso perfumando la primavera, las hermandades haciendo su estación de penitencia.


 

Te puedo contar que me sumergí en un barrio, sencillo pero muy sentido, de valientes costaleros, de tronos con la emoción unida a sus varales, de balcones engalanados con flores y de un sentimiento contagioso que cada año hace que esté de nuevo allí para volver soñarlo.

 

 

Miré a la Madre de Dios, con sus andares de Reina, para que mis ojos perdidos en su mirada, iluminada por la cancelería, fueran encontrados. Al tocarle su manto, la Esperanza quedó posada en mis manos. También, vi como el Señor portaba su cruz y sin quererlo acompañarlo mis pies quisieron y caminamos los dos por las sendas del amor, la muerte y la resurrección.

 

 

Pero no pude resistirlo y en mis hombros puse el peso del dolor. Izquierda adelante, derecha atrás, el hombro hundido y las piernas creía que desfallecían por el peso de los sentimientos. Fue por un momento, solo uno, pero bendito momento que la gloria yo toqué sin saber que estaba haciéndolo. ¡Qué bonito es sentirse costalero!

 

 

 

Eliana Abellán Sánchez (@Eliana_Abellan)

Comentarios

  1. Que bonito, que de sentimientos...eso solo se siente con el Alma....mil besitos Eliana...precioso

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    1. Hola compañera de aventuras bloguera!! como bien dices y sabes, para escribir hay que sentir y sentir con el alma y el corazón. Gracias por tus palabras. Un beso fuerte.

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  2. Respuestas
    1. Hola Adolfo, me alegro mucho de que te haya gustado. Gracias por tu comentario. Un beso fuerte.

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  3. Eli, tu post y mi poema del mismo título.

    Calle abajo costalero.
    Noche amarga como acíbar.
    Hombro y hombro compañero.
    El cristo en suave mecida
    se desliza entre el silencio.

    Cara alta, cabeza erguida.
    Tu prebenda es costalero
    ver como brilla la luna,
    luna blanca, llena luna
    entre Su brazo y el madero.

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    1. Muchas gracias por compartir conmigo tu poema. Un saludo.

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  4. Grande Grande lo digo porque la he vivido intensamente con pasión y mucho sentimiento, he de confesar que en más de una ocasión he derramado alguna lágrima, gracias a tu sentimiento ella perdurará en nuestro corazón.

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    1. Hola Bárbara, gracias y mil veces gracias por todos las palabras bonitas que me dedicas. Sé que has vivido una Semana Santa con mucha pasión, pero es que en Sevilla no podía ser de otra manera. Me alegro mucho de que te haya gustado. un beso grande.

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