Ir al contenido principal

DÁMASO GONZÁLEZ, MAESTRO.


Desde pequeña rondaba su figura por mi casa, no había tertulia taurina donde  su nombre no fuera pronunciado, su valor y temple eran las bases de los comentarios, no hubo ovación que no me fuese contada ni faena que no me fuese relatada, una a una, sin olvidarse ninguna. Pareciera que estuvieran grabadas y fuera imposible borrarlas de la memoria de dos veteranos seguidores con el alma todavía anhelando aquellos tiempos.


Sentada en medio de los dos, escuchaba los viajes en Vespa de una provincia a otra, de Alicante a Murcia, pasando por sus taurinos pueblos hasta llegar a Albacete, la ciudad del Maestro. Me mostraron pañuelos y gorras con su nombre escrito, entradas llenas de historias, carteles llenos de memoria. Tantas y tantas veces he escuchado el mismo diálogo, “te acuerdas cuando cortó el rabo en aquella plaza o cuando se metió entre los pitones de aquel enorme toro o cómo acariciaba su embestida con la muleta o de esos naturales eternos o de las estocadas sin puntilla…”.


Esas dos personas que tanto me hablaron y me hablan del Maestro son mis abuelos, los que me enseñaron a admirarle, a respetarle, a que lo pudiera imaginar sin haberle visto torear, a memorizar una frase que era y es para ellos su máxima “ese torero de tan poca estatura es el más grande en el ruedo, nunca lo olvides”. Y así fue, cuando con apenas 8 años en una novillada me lo encontré y con toda la ilusión fui a pedirle que se hiciera una foto conmigo que muy amablemente me concedió. Recuerdo, como en ese mismo instante, los llamé para contarles que había estado al lado de su Maestro. Ellos, más emocionados que yo, volvieron a repetirme la frase como si quisieran recordarme a quien había tenido delante.


Pasado los años, de nuevo pude revivir todo aquello, con la misma ilusión y con el mismo sentimiento. Por unos minutos, la emoción no empañó ese momento como lo hiciera en aquella llamada y pude expresarle mi admiración, cariño y respeto. No olvidaré sus palabras ni tampoco ese abrazo que llevaba envuelto toda una historia transmitida por dos personas que en su juventud soñaban con verle triunfar en los ruedos.


Soy una afortunada por admirarle sin haberle visto en el ruedo, aunque creo que no me ha hecho falta verle torear en directo para sentir su toreo, pero sobre todo soy una afortunada por haber tenido la oportunidad de estar a su lado y llamarle, MAESTRO.

 

Eliana Abellán Sánchez (@Eliana_Abellan)



Sueño cumplido: con el gran Maestro Dámaso González en la Tertulia del Club Taurino de Murcia (28/04/2014)

 

 

Comentarios

  1. D.e.p el maestro damaso González rey del temple yo tambien lo admiro mucho.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

A MI BANDERILLERO CURRO JAVIER:

  Vuelvo al mismo punto de partida, la soledad. Sin excusas me acompaña una día más. Dicen que comenzamos a escribir desde que algo comienza a dolernos. No sé si será verdad pero, aquí estoy, de nuevo, intentando desahogar cada latido que siento en el pecho.   Hay decisiones que duelen. A veces me preguntó el por qué tanto. Lo entiendes, sabes que puede pasar, pero en el fondo no quieres. La vida sigue su curso, es como el río que fluye entre aguas que buscan nuevos caminos por abrir, nuevas metas y destinos. Las ilusiones renacen, los sueños impacientes vuelan como el aire.   Escuchas un “me voy, es el momento de cambiar de aires” y parece que automáticamente todos los recuerdos se amontonan en la mente. Así, sin más, uno detrás de otro, sin descanso, sin olvido, hasta se oye el eco de lo acontecido. Y, es inevitable llorar aunque, al mismo tiempo, la felicidad de lo vivido te haga sonreír sin parar. Cuántos momentos juntos, de risas, de tristezas, de ovaciones ded

QUERIDOS REYES MAGOS:

Imagen de google. Este año no quiero juguetes ni regalos caros, tampoco con esta carta quiero pediros demasiado, sé que en estas fechas tenéis mucho trabajo. Perdonar la letra, todavía no tengo suficiente práctica en reglones rectos y párrafos perfectos. A estas horas, todos andan ilusionados y contentos, y hasta nerviosos por vuestra llegada desde Oriente.   Quiero pedir para conseguir que el mundo sea más mundo y humano, que no se aprieten los gatillos de las armas, que las bombas no hagan ruido, que no hayan fronteras entre los Estados, que todos seamos bienvenidos. Yo tan solo quiero para el hombre un poco de cordura para así acabar con tanta locura, un silencio que apague gritos, unas palabras que alcen la voz para callar miedos y establecer diálogo, que el terror no tenga cabida en nuestro entorno, que entre hermanos haya cariño infinito. Majestades, quiero pedir ilusión para el que no tiene ganas de vivir, fuerza para el que le flaquean los cimientos, s

OCTAVIO, DÉJAME CONTARTE...

Es el momento de escribirte. Ahora que ya todo es pasado, que todo llegó a su fin. Ahora que el frío irrumpe en un almanaque que empieza a recopilar las vivencias de sus días. Ahora que ya echo de menos la primavera que da comienzo a toda esta aventura. Ahora que todo son balances, enhorabuenas y recuerdos, tiempo de descaso y nuevos proyectos. Es el momento de escribirte. Es ahora cuando siento la necesidad de hacerlo, quizás sea una deuda pendiente, quizás sea justicia, quizás ni justificación tenga, pero, hoy que es un día cualquiera y ya ni los olés suenan, he decido abrir este blog que estaba cerrado sin traspaso para derramar mis sentimientos, esos que tantas tardes de esta temporada he derramado a tu lado. Octavio, déjame contarte… De ti he aprendido que a ganar se aprende perdiendo, a crecer ante las adversidades, a no fallarse a uno mismo, a seguir la senda que marcan los principios. Por ti sé que el miedo está siempre presente