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“SOÑAR DESPIERTA: PASIÓN POR JOSÉ MARÍA MANZANARES”

 

Es innata en mí la afición por los toros, desarrollada desde niña y confirmada en mi adolescencia. Hace años, me entregué por completo a un sueño ajeno que sin darme cuenta se ha ido convirtiendo en propio y del que ya no puedo despertar. Siento pasión por José María Manzanares, como torero y como persona.

 

 

En el mundo del toro, nadie regala nada a pesar de tener nombre y apellidos con fama, él se ha ganado su sitio con esfuerzo, tenacidad y sacrificio en las plazas y siendo fiel a sí mismo. De la misma forma, yo he seguido su estela desde hace más de 10 años por los ruedos, con la complicidad de mis padres, abriéndome camino entre molinos de viento que yo veía como gigantes, muros difíciles de flanquear y obstáculos que creía imposibles de salvar, para poder sentir mi sueño y mi pasión como algo real y cercano, algo digno de vivir con plenitud e intensidad.  

 

 

Seguir a un torero no es presumir de autógrafos ni mostrar sus fotos; para mí es vivir apasionadamente sus éxitos y compartir sus alegrías, pero también, y quizás más importante, es extenderle mi mano para hacerle sentir mi incondicional apoyo en los momentos malos, esos en los que la gente se olvida de la persona, del ser humano que hay debajo del traje de luces, para así poder transmitir toda mi energía, ánimo y admiración. Nada le pido a cambio, con un segundo de su arte basta para soñar toda una vida con ese instante.

 

 

Los nervios, el miedo, la incertidumbre y la responsabilidad son mis compañeros de viaje, mezclados con las ilusiones, la esperanza y los sueños de triunfos grandes porque aunque la distancia nos separa en algunas tardes, su muleta es tan mágica, que aunque no la vea, mi corazón late al mismo tiempo que torea. La emoción se apodera de mí al recordar tantas vivencias: la espera de su llegada a la plaza, lágrimas de despedida, el rezo en el silencio de un tendido, el olé más profundo que de mi garganta ha salido, apoteósicas puertas grandes y frías salidas por el patio de cuadrillas, abrazos espontáneos llenos de sonrisas… así, podría citar hasta un sinfín de recuerdos que guardo como mi mayor tesoro, como parte de este sueño compartido.

 

 

 

Con José María Manzanares he vivido instantes en los que me hubiese gustado detener el tiempo, que no avanzara por un momento y quedarnos ahí, como esa foto que muestra el cariño entre el torero y la seguidora. Vivir solo es eso, momentos llenos de felicidad. Soñar despierta.

 

 

 

Siento orgullo de lo vivido estos años, de los sueños hechos realidad, de cómo pasé de estar sola esperándolo en su furgoneta porque nadie acudía a despedirlo, a tener que encontrar un hueco entre el gentío para verlo; orgullosa de que me señalen como una de sus más fieles seguidoras, de sentir su toreo que forma parte de mi vida, de viajar siempre juntos derramando sentimientos.

 

 

 

Quiero seguir dormida, soñando y viviendo como cada día crece en mí esta pasión, esta afición y admiración por José María Manzanares y no quiero olvidarme que lo más importante es agradeceros a todos los que la hacéis posible este maravilloso sueño.

 

 

Siempre,

 

ELIANA ABELLÁN SÁNCHEZ.

 

 

 

P.D. Este texto lo escribí con todo mi cariño para el IIManzanaresMagazine (a continuación tienes el enlace para que lo puedas ver íntegro). Desde aquí quiero agradecer a todo el equipo de José María Manzanares, especialmente a Joserra Lozano, por contar conmigo para este proyecto, y por supuesto, darles mi enhorabuena por cómo ha quedado todo.

 

 

http://issuu.com/teseocomunicacion/docs/manzanares_magazineii

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