La víspera del 30 de abril siempre me trae el mismo recuerdo. Cuando cierro los ojos me vienen a la mente ráfagas de un momento histórico que hasta la fecha solo lo he visto una vez, aquella vez del año 2011, por no querer perder la magia de los sentimientos que aquel día dejó en mí para los restos de mi vida. En uno de mis noctámbulos sueños, me pasó algo curioso y hasta con un punto de locura que quiero compartir. Soñando con aquella primaveral corrida hace un par de noches, al ver en mis sueños la puerta de chiqueros abierta de par en par y escuchar el son de clarines anunciando la salida del tercer toro, una voz imaginaria me habló para relatarme cuál fue su vivencia de aquella mágica y especial tarde… [“El 217. Vamos toro, es tu turno”- escuché decir a una voz que sonaba a lejanía y decidí, sin más, seguir la luz que entraba por mi chiquero. Salí a un lugar redondo, lleno de luz y color y hasta casi me atrevo a decirte que, también, estaba lleno de magia. Me imaginé qu