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Mostrando entradas de octubre, 2015

A MI BANDERILLERO CURRO JAVIER:

  Vuelvo al mismo punto de partida, la soledad. Sin excusas me acompaña una día más. Dicen que comenzamos a escribir desde que algo comienza a dolernos. No sé si será verdad pero, aquí estoy, de nuevo, intentando desahogar cada latido que siento en el pecho.   Hay decisiones que duelen. A veces me preguntó el por qué tanto. Lo entiendes, sabes que puede pasar, pero en el fondo no quieres. La vida sigue su curso, es como el río que fluye entre aguas que buscan nuevos caminos por abrir, nuevas metas y destinos. Las ilusiones renacen, los sueños impacientes vuelan como el aire.   Escuchas un “me voy, es el momento de cambiar de aires” y parece que automáticamente todos los recuerdos se amontonan en la mente. Así, sin más, uno detrás de otro, sin descanso, sin olvido, hasta se oye el eco de lo acontecido. Y, es inevitable llorar aunque, al mismo tiempo, la felicidad de lo vivido te haga sonreír sin parar. Cuántos momentos juntos, de risas, de tristezas, de ovaciones ded

LA VERDAD MÁS VERDADERA.

    Escribo todavía emocionada, en caliente, con la piel chinita, con la camisa partía, con el sombrero descubierto, con el corazón desmesurado, con la emoción incontrolable, con la grandeza de lo grande. Escribo, aunque palabras me falten, o me sobren, quien sabe, pero escribo porque tengo la necesidad de expulsar todo lo que siento, todo lo que vivo, todo lo que soy, todo lo que veo. Escribo…       Escribo para tratar de poner en orden mis sentimientos llenos de sentimientos, alborotados, arrebatados, plenos. Escribo con una palabra rondando mi mente, a veces se esconde, otras aparece, otras se muestra tal y como es, otras desfallece. Verdad lleva por nombre. Verdad, tan real, tan explícita, tan latente.    Cuando tras estoquear al primero de sus toros Alberto López Simón apenas podía aguantarse en pie e iba camino de la enfermería, divisé media sonrisa en sus labios. Casi no se veía, pero se le adivinaba más allá de su rostro pálido. Era la s