Estamos en febrero y poco a poco, con el paso de los días, se van anunciando carteles para la reciente temporada. A pesar de que el invierno no ha acabado, los ecos de todo lo acontecido en él resonaran en múltiples ocasiones durante los próximos meses. Un invierno que duele por sus múltiples polémicas, discusiones, comunicados y un sin fin de cosas que lo han marcado a fuego y es difícil olvidarlo. Duele leer artículos taurinos que parecen escritos más bien por antitaurinos, escuchar cómo los aficionados pedimos unión cuando nosotros mismos no nos entendemos, ver cómo nos destruimos sin la necesidad de buscar excusas fuera de nuestro ámbito y sentir que la Fiesta nos la cargamos desde dentro. El panorama actual duele: al ver cómo los novilleros se estrellan ante novilladas sin opciones, como los triunfos ganados en la plaza son olvidados en los despachos, ver que cada vez son más desorbitados los pliegos de condiciones para arrendar una plaza o, por si faltab