Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2018

PACO, SI TÚ SUPIERAS...(II)

Te escribo hoy por si mañana es tarde, por si todavía no te he dicho todo lo que de mi sale, por si algo se me olvida y en el tintero se queda, por si las palabras deciden callarse cuando te tenga delante. Te escribo hoy pensando en hace unos días, cuando te vi salir a dar tu primera rueda de prensa. Paco, si tú supieras… Cuando te escuché pronunciar ese “vuelvo” cerré los ojos, para que retumbara por mi cabeza unos segundos más, como ese eco que no quieres que se vaya, que lo quieres grabar para no olvidarlo jamás. Y supe que todo lo que había estado convencida este tiempo atrás se iba a hacer realidad. Sabía que jamás te habías ido, que esto solo era un compás de espera. Sabía que te iba a esperar como tantas y tantas veces para verte torear. Sabía que creer siempre había sido nuestro punto de partida. Sabía que en ti todo se podía. Al abrir los ojos, ahí estabas tú con tu firmeza y seguridad, con esa  fuerza y convencimiento que desprendían tus palabras, co

HA LLEGADO EL MOMENTO.

Cuando te volvimos a ver dolorido salir de la plaza, con la incertidumbre caminado hacia la enfermería, sentimos que la moneda, esa que tantas veces has tirado al aire, volvía a caer cruz en la arena. Pasaron las horas, fueron muchas, con el desespero de por medio. Maldita espera. Qué larga es la muy jodida. Mirando el segundero del reloj estábamos todos, con y sin distancias de por medio. ¡Qué coraje! De nuevo, esta puñetera vida te apretaba y te cambiaba la buena suerte. Era viernes, el día que tenías que plantarle cara al destino, así, como venía de frente. Otra vez, como tantas y tantas veces. Han pasado los días y aquí seguimos, todos contigo, siempre contigo, porque nos enseñaste a mirar de frente a todo lo que viniera, nos diste el privilegio de sentir cada triunfo como si fuera nuestro, nos mostraste la verdad, en la vida y en el toreo, de ti aprendimos a buscar lo positivo cuando la contra venía a nuestro encuentro. Querido Paco, si supieran todos de tu fuerza y de nuest