Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2015

LA LUZ DE MI CAMINO.

Era una mañana cualquiera,   con olor a primavera, no había bullicio, ni Romería, ni bueyes, ni carretas. Fui al Rocío, para estar a solas contigo...   Al llegar a esa bendita Aldea sentí que el mismo cielo se juntaba con la gloria en la tierra, una tierra de paz, armonía, tiempo, silencio. Miré al horizonte y mi vista se perdió en aquellas Marismas unidas al cielo buscando lo infinito. El paraíso eterno.   De camino hacia tu ermita, en cada pisada que dejaba en la arena veía que la huella se marcaba. Sentía como si mis pies quisieran dejar algo tan efímero como una señal que con un poquito que se levantara la polsaguera se iba a borrar sin dejar rastro de que por allí había pasado. Me planté ante tu puerta, me paré un segundo y pensé, “ya estoy aquí Señora, como cada año, para verte”. Un suspiro brotó de mis adentros y sin apenas darme cuenta ya te divisaba al fondo en tu precioso altar. Me iba poquito a poco acercando y las lágrimas rotas por la alegría ya salían