Fotografía de Héctor Rey Es tarde, lo sé, pero mis palabras se enmudecieron esta tarde y ahora ya no saben ni que contar. Grito al aire preguntas y recibido silencios por respuestas, no sé explicar lo que siento, o quizá, estoy en un punto que ni sé lo que realmente siento. Si digo que no he llorado, estoy mintiendo; si digo que me duele, sincera estoy siendo. Sé que así es el toreo pero no puedo dejar de sentir miedo. Hoy, en Las Ventas, se derramó sangre en la arena, sangre de hombres que no sé de qué están hechos por dentro, de algo más que yo seguro, de algo más que carne y huesos. Todo fue amargo, nada regalado, porque así lo quiso el toro o el destino lo tenía preparado, quién sabe. Apostar a perder o ganar, tirar la moneda al aire para ver si sale cara o cruz, apretar el corazón para que no se disparen los latidos, luchar por un sueño con forma de triunfo conseguido. Creemos que el toreo es muy sencillo pero entre lágrimas empañando mis sentimientos reflexio